Corazón contento

El día que la torta alemana se hizo santafesina

Es una confitura tradicional de Esperanza, Santa Fe. Los inmigrantes tuvieron que adaptar la receta.

La ciudad de Esperanza, en el departamento santafesino Las Colonias, se destaca por recuperar y mantener sus sabores ancestrales, muy ligados a la cocina de los europeos. Esta ciudad, que queda a unos 40 minutos en auto desde Santa Fe Capital, tiene el paladar macerado por los inmigrantes porque es la primera colonia agrícola de la Argentina. Se fundó en 1856, a partir de un contrato entre un empresario salteño (Aarón Castellanos) y el gobernador santafesino (Domingo Crespo). Mediante ese acuerdo, llevaron para trabajar la tierra a doscientas familias “honestas y laboriosas”, esa era la condición, que provenían de Suiza, Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo. Cada una recibió 33 hectáreas, animales y semillas.

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La cuestión es que cuando llegaron a la pampa húmeda, se encontraron con que allí faltaban muchos de los ingredientes que ellos estaban acostumbrados a usar en sus países natales pero también había otros nuevos que podían funcionar muy bien. La torta alemana de Esperanza es la muestra de cómo una receta europea se adaptó a lo que ofrecía en abundancia la región: harina de trigo, crema de leche y azúcar.

En el libro “De la A a la Z de la cocina santafesina”, la Asociación Alemana “Deutscher Verein” de Esperanza (fundada el 6 de marzo de 1875) cuenta que la receta esperancina más tradicional es la que se originó en la cocina de una de las familias fundadoras, los Spies. Ellos habían llegado desde el municipio alemán Dittelsheim-Heßloch a la Argentina. Eran Juan Spies, de 44 años, y su mujer Margarita Eitmann, de 39, con una hermana de él, María, de 38, cinco hijas y dos hijos, de entre 16 años y meses. Sergio Spies es descendiente de Juan y Margarita, vive en Esperanza y relata que sus antepasados llegaron en barco en 1856 desde Buenos Aires a Santa Fe y en carreta desde allí hasta la colonia. Como ordeñaban las vacas y les quedaba mucha leche, hacían crema, ¡pero también sobraba la crema! El problema era que en aquel tiempo no había heladera y debían consumirla pronto o se echaba a perder. Y ellos no estaban dispuestos a tirar comida ni ingredientes. Ahí viene la ocurrencia: la receta original de la torta alemana tenía una cobertura que se hacía con un arenado de azúcar, manteca y harina que, al cocinarse, quedaba dorado y crocante. Pero los Spies, para aprovechar la crema sobrante, decidieron cambiar esa cobertura original y probar tapando la masa con crema y azúcar. El resultado fue delicioso. “Mis bisabuelos hacían la torta alemana y todos sus hijos también. Cuando yo era chico, en todos los cumpleaños estaba la clásica torta alemana. Al día de hoy, es una receta que se sigue pasando de generación en generación”, explica. La receta de los Spies se convirtió en una especie de patrimonio esperancino. Lleva 1.4 kg de harina 0000, 2 huevos, 100 gr. de levadura, 400 gr de azúcar, 400 cc de agua, 400 cc de leche, 100 gr. de manteca, ralladura de 1 limón y pasas de uva. Y la cubierta se hace con 1 kg de crema de leche y 800 gr de azúcar.

En la Fiestas de las Colectividades, en mayo de 2015, se presentó la torta alemana– receta de la Colonia Esperanza más larga del mundo. Fue un escribano quien certificó que habían alcanzado el récord de 91,02 metros de longitud. ¡Imaginate una torta de casi una cuadra de largo! Lo hicieron uniendo unas 200 piezas que pesaron en total más de 600 kilos.

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En definitiva, la torta alemana es uno de los sellos de Esperanza y tiene el sabor de los que pudieron mantener la tradición adecuándose a las nuevas condiciones. ¿Comiste una alguna vez?

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